viernes, 6 de febrero de 2009

Memoria

Realidad quebrada

Esta obra es el resultado de un estudio. Un estudio sobre la personalidad de la gente, de cada una de las personas que hay detrás de un retrato. Tomar decisiones sobre la obra de esas personas: determinar técnicas, colores, formas, fondos, realismo, definición, iluminación, contrastes... Dicen que cada persona es un mundo y por tanto cada retrato debe ser un universo que lo pueda albergar.

Cada persona tiene que poseer un retrato distinto al de cualquier otra persona. Debe estar realizado de una manera determinada y distinta a la manera de cualquier otra. Debe contener unas técnicas particulares, especialmente dedicadas a esa persona, especialmente tratadas para esa persona. Con una manipulación especial, dependiendo de la personalidad que hay detrás, de su interior.
Debe contener unos colores, debe representar esos colores. Los colores representan vida y dependiendo de la gama que prevalezcan, representarán un tipo de vida u otro, una vitalidad u otra, una manera de ser u otra.

A cada uno le corresponden unas formas que fragüen su personalidad, unos colores que griten su alegría, una iluminación que lo hace ser más visible, unos contornos que delimiten su contacto con el mundo, una mirada, a través de la cual se pueda ver su interior, una expresividad que determine sus vivencias, una textura que manifieste su sentir.

Formas simples, curvas, sinuosas denotan dulzura, ternura, delicadeza; líneas rectas transmiten firmeza, seguridad, equilibrio.
Colores cálidos o fríos, intensos o débiles, enmascarados, trasparentes...todo tiene su sentido.

Mezcla de técnicas significa en este estudio, materializar el interior de cada una de las personas retratadas en su representación gráfica y pictórica. Cada protagonista es un conjunto, una mezcla de vivencias, experiencias. Es un camino recorrido, paso a paso, decisión tras decisión, como la elección de materiales y técnicas.
Fotografía y pintura principalmente, de forma independiente o interfiriéndose entre si, son las técnicas protagonistas de este estudio. Cada uno de los aspectos de la personalidad, cada rasgo, cada connotación del carácter se plasma de una mejor manera el fotografía o pintura, y en ocasiones hay una notable necesidad de mezclarlas entre si. Esta interferencia puede ser muy sutil, apenas inapreciable, o tremendamente agresiva, no sabiendo qué aspecto destaca más en la obra.

¿Qué hay detrás? ¿Quién hay detrás? ¿Quién es? ¿Qué relación tiene con el artista? ¿Qué vivencias ha experimentado? ¿Qué vida ha vivido? ¿Cuánto ha sufrido? ¿Qué alegrías le han llenado?

No hay información exterior útil. El fondo, lo externo, lo que le rodea es ambiguo, no nos da información porque todo está en él. Es superfluo, inapreciable, prescindible para darnos información acerca del individuo que estamos contemplando. Únicamente sus formas, su silueta, su mirada, nos aporta lo necesario para poder indagar en su interior todo lo que nos deje la obra. En este aspecto, el conocimiento del protagonista es siempre incompleto ya que solamente la persona que lo ha realizado sabe exactamente el significado de cada uno de los trazos, su significado, su porqué, su verdad. Es la lógica, el conocimiento interior de la persona, el que lo ha llevado a realizar la obra de esa determinada manera, paso a paso y trazo tras trazo.

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