martes, 7 de octubre de 2008

Gerhard Richter



Biografía

Nacido en 1932, tras la II Guerra Mundial Gerhard Richter permaneció en la República Democrática Alemana, en donde se formó como artista en la Academia de Bellas Artes de Dresde. Entre sus comienzos destaca la práctica de pintura mural de contenido político. Sus primeros desplazamientos a Alemania del Oeste le pusieron en contacto con nuevas corrientes como el Expresionismo Abstracto y el Informalismo.
En 1961, poco antes del levantamiento del muro de Berlín, se instaló definitivamente en la República Federal Alemana y fue aceptado en la Academia de Arte de Dusseldorf, en donde descubrió la obra de Jean Dubuffet, Alberto Giacometti, Jean Fautrier y las experiencias del grupo Fluxus, un resurgir del movimiento Dada. Por un periodo de tiempo, formó parte del llamado Realismo Capitalista, una tendencia efímera ligada al Pop que, desde una perspectiva satírica, describía la situación de la Alemania de la posguerra.


A partir de 1962, Richter abandonó el Informalismo y pintó sus primeras obras basadas en fotografías. Es la época de sus conocidas grisallas, ya que la mayoría del material fotográfico que llegaba a sus manos era en blanco y negro, reproducciones de periódicos y revistas, revistas pornográficas, folletos de publicidad y retratos de desconocidos y artistas aparecidos en la prensa. De este periodo son Waldstück (Trozo de Bosque, 1965), Liebespaar im Wald (Pareja de enamorados en el Bosque, 1966), Olympia (1967) y Porträt Liz Kertelge (Retrato de Liz Kertelge 1966). En el género del retrato destaca en la exposición el de Brigid Polk (1971), una de las grandes figuras de la Factory de Andy Warhol en Nueva York de la que existen en total cinco retratos.

Al mismo tiempo que realizaba los cuadros basados en fotografías y demostrando una vez más que su evolución no puede ser narrada linealmente, Richter creó un nuevo grupo de obras de clara inspiración Pop y protagonismo absoluto del color. Un excelente ejemplo de este periodo es Sechs Farben (Seis Colores, 1966).


A partir de 1969, en el trabajo de Gerhard Richter comienzan a predominar los paisajes, género que ha cultivado regularmente hasta hoy y representado en Una Colección Privada a través de obras como Wilhelmshaven (1969), Brücke am Meer (Puente en el Mar, 1969), Seestück (Marina, 1969) y Stadtbild PL (Paisaje Urbano 1970), ésta última radicalmente distinta a las anteriores tanto por la perspectiva aérea como por la técnica utilizada.

El interés de Richter por el color se demuestra en cuadros como Ausschnitt (Detalle, 1971), basado en una ampliación de las combinaciones cromáticas del óleo en la paleta, y Grau (Gris, 1976). Los lienzos de gris monocromos buscaban, según el propio artista, “la única e idónea correspondencia posible para la indiferencia, la negación del mensaje y la carencia de forma”.

Richter acomete su primera pintura abstracta, Konstruktion (Construcción, 1976), cuando aún pintaba grisallas. Se trata de una obra claramente diferente en técnica y elaboración de las abstracciones posteriores, representadas en la exposición a través de cuadros como Pavillon (Pabellón, 1982), Eule (Lechuza, 1982) e Ingrid (1984)

La dedicación a la abstracción no impidió que Richter siguiera cultivando la figuración. Así, creó paisajes como Krems (1986), naturalezas muertas como Blumen (Flores, 1994) y enigmáticos cuadros de velas y calaveras que recuerdan las representaciones de vanitas del simbolismo barroco, como en Schädel mit Kerze (Calavera con Vela, 1983).

Sobre el futuro de la pintura, el propio Richter explica: “La historia del arte ha mostrado todo desde hace mucho tiempo y los nuevos medios de comunicación, vídeo, performance, etc, pueden concebirlo todo a tenor de los tiempos. Sin embargo, por otra parte, el goce es, claro está, una prueba de la necesidad de la pintura. Todos los niños pintan espontáneamente. La pintura tiene un futuro maravilloso, ¿o no?”. En el mismo tono también ha afirmado que "No hay mucho que decir acerca de mi arte, pintar es una forma distinta de pensar. Sería como preguntarle a Einstein qué pensaba cuando estaba desarrollando una ecuación. En realidad no pensaba nada, simplemente hacía ecuaciones y yo simplemente pinto."


"No persigo ninguna intención, no tengo sistema ni estilo" aseguró el pintor en 1966. Por otro lado, Jürgen Schilling, afirmó: “Las clasificaciones de los historiadores del arte, que quieren adscribir su obra a corrientes determinadas por medio de etiquetas de estilo, no acaban de encajar en vista de su poliformismo, surgido a menudo de crisis”.

Los críticos de arte no escatiman con adjetivos elogiosos. Hay quien lo califica de "Picasso del siglo XXI". No exageran, en términos monetarios, pues los coleccionistas están dispuestos a pagar millones por uno de sus cuadros. Sothebys vendió su óleo "Tres Velas" (1982) por 5,4 millones de dólares. En un principio nadie pensó que las pinturas de Richter alcanzarían tal demanda en el mercado internacional.

En 1961 comenzó su conquista del mercado del arte cuando la casa de subastas Christies, que calculó el precio de su cuadro "Parte de un lago" en 400.000 libras esterlinas, lo vendió por 1,4 millones de libras. Éste fue el momento en el que Richter incursionó en el nirvana de los pintores contemporáneos.

Para Richter las enormes sumas que alcanzan sus cuadros en el mercado internacional no tienen mayor significado. "Se ha difundido que Richter es famoso y que de alguna manera debe ser bueno. Que bien, pero para mí no tiene ningún significado. Soy lo suficientemente crítico y realista como para mantener la distancia", afirma –con unos cuántos euros más en bolsillo, sea dicho-.

Enlace a la página web del artista

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